Durante una entrevista realizada en el año 2011, el hermano Juan Santos de Maldonado recordó que alrededor de la década de los ochenta, estando un grupo de hermanos alojados en apartamentos frente al Templo de San Pablo, Brasil, de repente, en la calma de una pausa, un hombre abrió una de las puertas de las habitaciones a los gritos: “¿corre el mate o no corre el mate acá?” Todos miraron sorprendidos a quien se asomó, cuando el asombro se convirtió en gozo al reconocer al querido y no olvidado hermano Lyman S. Shreeve, quien hacía décadas había sido el presidente de la Misión Uruguaya. Se había enterado que ese día llegaron uruguayos al Templo, y estaba seguro de encontrar a algunos de sus conversos y amigos de antaño. Todos se abrazaron y saltaron a las risas ante la dicha del reencuentro. Centro: Lyman S. Shreeve. Cortesía de la Familia Rufener de Santa Lucía. Ese breve y sencillo acto sintetiza la personalidad del hermano Shreeve y su influencia en quienes llegó
"Que el ejemplo de los pioneros sea una luz que guíe vuestras vidas por siempre jamás.” Lyman S. Shreeve