El legado pionero es un rasgo fundamental de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días; un cimiento espiritual en que se construye gran parte de la idiosincrasia de sus miembros de todo el mundo. La experiencia, actitud y devoción de los pioneros, o “peregrinos” (como algunos en Uruguay solían llamar a los colonizadores del Valle del Lago Salado a principios de la década de 1950) definen parámetros claros y vigentes para todo aquel que ponga su “hombro en la rueda”* al prestar servicio en la Iglesia, al afrontar los desafíos del diario vivir, y aún para aquellos que se sumen a la caravana a y participen desde “el último carro”. Miembros uruguayos representando episodios de la Historia de la Iglesia en Estados Unidos. Montevideo, Aproximadamente 1955, Cada 24 de julio, la Iglesia celebra y rinde honor a los miles de hombres, mujeres y niños que ingresaron al Valle de Lago Salado ese mismo día en 1847. Los peregrinos viajaron hacia el oeste con carros de mano y
"Que el ejemplo de los pioneros sea una luz que guíe vuestras vidas por siempre jamás.” Lyman S. Shreeve