Ir al contenido principal

Momentos en la Rama Maldonado y otras localidades del departamento



Maldonado es la ciudad capital del departamento homónimo, la tercera con mayor población del país. Se ubica en la zona sudeste de la República, recostada a las bellas costas del océano Atlántico.

Si bien no se contó con una amplia fuente de información sobre la historia de la rama de Maldonado, lo encontrado nos sirve para ilustrar momentos importantes de la congregación y sus miembros.

Cuando los misioneros llegaron a establecerse en agosto de 1949, la ciudad era modesta y no tan poblada como en la actualidad. Albergaba a un pueblo muy conservador que aún no había desarrollado el don de la hospitalidad del que hoy hace gala motivado por el turismo. Esa fue al menos, la impresión que recibieron los misioneros en sus primeros intentos por predicar, principalmente de parte de otros credos religiosos. 


A poco de haber llegado, los misioneros se ubicaron en "un local muy apropiado". Una casa situada en la dirección Ramón Guerra 935. El local pasó a ser tanto su hogar como el "salón de conferencias" de la Iglesia. A los dos meses, el 2 de octubre de 1949 se inauguró la rama de Maldonado. Dicha ocasión fue presidida por el presidente de la Misión Uruguaya Frederick S. Williams. Se dio apertura con el coro de la Misión y luego el presidente Williams y la hermana misionera Elsa Vogler se dirigieron a los presentes, dejando "como siempre un grato mensaje". Asistieron unas cien personas a la reunión inicial y el comentario del cronista fue: "por la numerosa concurrencia que se congregó parece que espera un gran éxito a esa rama."1

Por otra parte, lo anecdótico de la reunión es que al final del discurso del Presidente Williams sucedió algo que según el reporte: “nos recuerda que los católicos no están disfrutando de nuestra presencia en Uruguay”. Un joven ingresó durante la calma de la reunión gritando “¡mentirosos!” y declarando sus opiniones negativas sobre el mormonismo. Fue rápidamente escoltado afuera por los élderes, e inmediatamente se oyeron gritos de un grupo que se encontraba en la parte de atrás del local: “¡Viva la Iglesia Católica!”. Al finalizar la reunión se fueron corriendo. Uno de los visitantes los siguió y vio que se dirigieron a la parroquia de la zona y reportaron lo acontecido al cura local que los esperaba en la puerta. 2

A pesar de la oposición, los misioneros continuaron con su labor. Un mes más tarde, el 1 de noviembre, dieron apertura a la organización Primaria, que fue asistida por cincuenta y ocho niños que se acercaron junto a sus padres. Los misioneros se esforzaron de gran manera, y para enero de 1950 ya contaban con gente deseosa por bautizarse. El día 28 de enero fue memorable, unas cien personas de Maldonado y Rocha se juntaron en la playa Portezuelo a celebrar un bautismo grupal. El evento fue celebrado por las autoridades de la misión: “Mis felicitaciones a las ramas de Maldonado y Rocha por el grandioso éxito del 28 de enero. Allí, en la hermosísima playa de Portezuelo (Punta Ballena) se llevaron a cabo los bautismos de diecinueve personas, diecisiete de ellas de Maldonado, seis niños bendecidos en Maldonado y uno de Rocha.”3



Quienes ingresaron a las aguas bautismales correspondiente a la rama Maldonado fueron los siguientes hermanos y hermanas:

Antonio Sosa, Tomasa Seijas de Sosa, Gualberto Eladio, Aariel Asdrubal, Antonio Inocencio, Víctor Roberto, Ramón Edmundo, Agosto Adani (todos apellidados Sosa). Valentina Silveira de Correo, María Luisa Peña de Delgado, Liana Pereira de Barbachán, María Baldomara, Frente de Viñales, Jaime Basilio Nieves, María del Carmen Martínez, Rosa Alba Pérez de Felloó, Juan Francisco Santos y Juan Ramón Santos. Asimismo, fueron bendecidos los siguientes niños: Miryam Inés Santos, Norma Isabel Santos, Mario Fellóo, Alba Barcbachán, Elsa Delgado y Nelsa Delgado.4




Felizmente se hicieron esfuerzos por dar a conocer la buena voluntad de la Iglesia y la gente comenzó a responder con mayor amabilidad. En ese tiempo funcionaba la Sociedad de Socorro de la rama, y uno de sus primeros servicios a la comunidad fue juntar, confeccionar y entregar regalos y refrescos a niños del vecindario.5

Los misioneros lideraron la intención de hacerse conocer en la ciudad, y mediante sus talentos deportivos y artísticos se llegó a más personas. Uno de los encuentros habituales se dio a través de un partido de básquetbol amistoso entre los misioneros y el equipo del Club “Uru”. Estos eventos convocaban a muchos vecinos durante las tardes de verano, que aprendían a disfrutar de la camaradería y gran talento de los predicadores extranjeros.6

En el marco de la gira musical y artística de la Misión por todo el país, se llegó a Maldonado el 13 de mayo de 1950. En el Teatro Unión y Paz se presentó el coro de la Misión integrado por élderes y miembros de Montevideo, el trío de las hermanas Williams (madre e hijas) y cuarteto de misioneros, junto a la sobresaliente actuación del bailarín profesional Roy Fitzell y el elegante pianista Maughan McMurdie. Ante tal despliegue de buen gusto y calidad, los presentes no paraban de aplaudir. “Se hubieran quedado todos si se hubiera repetido. Ayudó inmensamente a la obra en Maldonado”, fue el informe del cronista.7

Cada vez que los registros en puño y letra de los misioneros nos permiten ingresar a las galerías de sus pensamientos, se perciben los ideales puros que los impulsaban a actuar como testigos del Señor. Por ejemplo, el 30 de setiembre de 1950, cuando se celebró el aniversario de la Rama entre los misioneros y los veintiocho miembros bautizados a la fecha, expresaron la alegría de ver el progreso de la rama "en un solo año de gran trabajo y esfuerzo". Los misioneros del Distrito se hallaban asombrados en gran manera al ver que las semillas sembradas con fe y esfuerzo comenzaban a dar fruto, y al vislumbrar el futuro comentaron: “El espíritu del Señor se sintió en la reunión. Es asombroso pensar como solo diez hombres, siervos del Señor, pudieron conducir una reunión tan inspiradora”.8

Casi un año más tarde, a mediados de 1951, fue organizada la presidencia de la rama Maldonado con la integración de miembros uruguayos. Toda una novedad en la misión, ya que hasta ese momento, todas las ramas del país eran presididas por misioneros, excepto Maldonado y Santa Lucía que tuvieran la dicha de que varones fueran ordenados sacerdotes en el Sacerdocio Aarónico. Para los líderes de la Misión fue un paso exitoso. Consideraban un logro excepcional y gratificante el ver cómo hombres de origen humilde progresaban en el evangelio al grado de aceptar posiciones de responsabilidad y liderazgo. En esa primera ocasión con uruguayos en sus filas, la presidencia de la rama quedó conformada por el Elder Paul Robert Bond como presidente, y Juan F. Santos y Antonio R. Sosa como primero y segundo consejeros respectivamente.9

Sin embargo, a pesar de las bendiciones recibidas, la influencia del adversario junto a las debilidades de miembros nuevos y misioneros, pusieron a prueba los cimientos de la pequeña congregación. A partir del año 1952 se comienza a reconocer el debilitamiento espiritual de la rama. Se desatendieron mandamientos y abundó la desidia, tornándose casi todos inactivos en sus responsabilidades y asistencia a la capilla. La presidencia de rama fue discontinuada y vuelta a organizarse únicamente con misioneros a cargo. Las causas: se administraron ordenanzas a gente que no estaba espiritualmente preparada y el veneno de los chismes que se filtró en sus corazones.10

Ese estado caído pareció extenderse por varios años. Algunos miembros apostataron, otros cedieron a graves tentaciones. El abandono fue tal que aún se deterioró el edificio donde funcionaba la rama. La situación llevó a que en el año 1954 la Misión se planteó la posibilidad de clausurar la iglesia en Maldonado. Sin la voluntad de proceder de forma tan drástica, el mismo presidente visitó las casas de los pocos miembros activos para obtener su opinión al respecto. La familia de Juan F. Santos fue una de ellas.11 Si bien estaban dispuestos a aceptar la decisión del presidente, le recordaron las palabras del Señor: "Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mateo 18:20). Al final la rama no se cerró, e incluso la Iglesia autorizó la compra de un terreno con casa donde construir la futura capilla.12

Segundo local de la iglesia en Maldonado, San Carlos 834. 


Para 1955 la iglesia se había trasladado a su nuevo local ubicado en calle San Carlos 834. En el marco de una conferencia del Distrito Sudeste, conformado por Minas, Rocha y Maldonado, el presidente Lyman S. Shreeve realizó la oración dedicatoria de la nueva casa de oración. A esa altura los bautismos se continuaban efectuando en el río, hasta que en julio de ese año, el hermano Ariel Bernal junto a los misioneros construyeron una pileta bautismal dentro del local.

La casa en San Carlos 834 fue muy especial para la obra en Maldonado y debe ser tenida en gran estima por sus miembros. La actual capilla se encuentra  edificada sobre el predio original donde se hallaba esa casa. Fue allí donde visitó y discursó el 26 de febrero de 1959 el entonces Apóstol Spencer W. Kimball durante su gira por Uruguay junto a su esposa Camilla y el presidente de la Misión Arthur Jensen.13 







En 1957 la rama comenzó a retomar la prosperidad lentamente. Podemos entender algo de lo que estaba sucediendo al leer un extracto del diario personal de un misionero que sirvió en Maldonado, David K. Udall:

"10 de marzo de 1957. Es mi primer domingo aquí y solo han venido ocho personas. Fue difícil tener ánimo para dar un discurso en la capilla con tan pocas personas presentes. Soy el organista [de la rama] y toco un viejo órgano a bomba. Mi escaso repertorio se acabó rápidamente. Seré el presidente de la Primaria. La familia Santos es la fuerza motriz de [la rama]."

"24 de marzo. Trece personas en la iglesia con un investigador."

"Domingo 28 de abril. Ocho investigadores en la Sociedad de Socorro y el Sacerdocio con una asistencia de 16. Esta es la mejor asistencia que hemos tenido."

"1 de mayo. Actividad de la Mutual con siete miembros y 16 investigadores. Juan Ramón Santos dice que es el mejor sentimiento que ha existido en la rama en sus años de existencia."

"Domingo 5 de mayo. Un día que rompió las marcas. La semana pasada vinieron 16 personas. Esta semana vinieron 23 personas a la Sociedad de Socorro y 24 a la reunión sacramental con 12 investigadores. Esta rama va a salir adelante. Hay un buen sentimiento de hermandad entre los miembros."14

A partir de ese momento la rama Maldonado pasó a tener otra dinámica. Con el tiempo se comenzaron las tareas de construcción de la capilla en el terreno que se había adquirido, hasta que el día 20 de setiembre de 1970 fue inaugurada por el presidente de Misión Garner H. Russell ante ciento cincuenta personas, quien también la dedicaría el 24 de junio de 1973.

La capilla fue construida sin "aguja" exterior. Recién en setiembre de 1972 se aprobó la misma, cuando los miembros por sus sacrificios y servicio lograron costear el monto que se les había adjudicado para colaborar con la construcción del edificio.15



Datos sobre otras localidades del departamento de Maldonado:

Pan de Azúcar: 13 de mayo de 1955, fecha en que se comenzó a repartir folletos de la iglesia.

Piriápolis: 13 de agosto de 1971, se buscaba local en la ciudad a fin de establecer misioneros. El 20 de diciembre de 1972 se compró el terreno en donde construir la capilla.

San Carlos: Es una de las congregaciones más antiguas del país. En mayo de 1949 viajaron los misioneros Franlkin D. Richards y Teodoro W. Shumway, a ellos “les correspondió el honor de llevar el evangelio a San Carlos” (El Mensajero Deseret, junio 1949, p. 23). La rama San Carlos abrió el 16 de mayo de 1949, pero hasta algunos años después la obra no llegó a establecerse en su plenitud.

El 28 de junio, el presidente y hermana Williams fueron al pueblo a ver local para alquilar, pero “debido a factores poco agradables” (fanatismo religioso) no pudieron encontrar hasta algunas semanas más tarde.
El 29 de marzo de 1958 tuvo lugar una reunión previo al cierre transitorio de la rama San Carlos, debido a que la asistencia había mermado, y los tres miembros que se mantuvieron activos se mudaron fuera de la ciudad. Para el 5 de abril de 1959 se retomaron las clases de la Escuela Dominical para cinco miembros de la localidad. No obstante, para las reuniones sacramentales los catorce miembros de San Carlos debían asistir a la rama Maldonado. Resultó que terminaron siendo más activos que los propios miembros de Maldonado, por lo que el 13 de noviembre de 1959 se alquiló un nuevo local en San Carlos para incentivar la asistencia a la rama de su misma ciudad.


Santiago Carbajal
Recuperación de las fotografías: Pascal Toledo

Se agradece la colaboración y proporción de documentos a Juan R. Santos.



1-El Mensajero Deseret, noviembre 1949, p. 45.

2- Manuscrito de la Misión Uruguaya 1947 - 1976.

3-El Mensajero Deseret, marzo de 1950, p. 44.

4- El Mensajero Deseret, marzo de 1950, p. 46.

5- El Mensajero Deseret, febrero de 1950.

6- Manuscrito del Distrito Sudeste - 1949 - 1958.

7- Manuscrito del Distrito Sudeste - 1949 - 1958.

8- Manuscrito del Distrito Sudeste - 1949 - 1958.

9- Manuscrito del Distrito Sudeste - 1949 - 1958.

10- Manuscrito del Distrito Sudeste - 1949 - 1958.

11- Testimonio de Juan R. Santos, entrevistado por el autor.

12- Manuscrito del Distrito Sudeste - 1949 - 1958.

13- Manuscrito del Distrito Sudeste - 1949 - 1958.

14- Copia entregada al autor por la familia de Juan R. Santos de Maldonado.

15- Manuscrito de la Misión Uruguaya 1947 - 1976.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Predicación por medio de los deportes

Desde principios del establecimiento de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Sudamérica los misioneros realizaron deportes para promover su causa misional, como por entretenimiento, bienestar físico y competencia.1 También  en los Estados Unidos y Europa se alentó tempranamente dicha participación, e incluso hubo varios casos de misioneros destacándose en actividades deportivas.2 A partir de 1938 en Buenos Aires, con el fin de presentar una imagen positiva de la iglesia y despertar el interés de la gente en el mensaje restaurado, los misioneros se involucraron en competiciones deportivas. Dado el interés de los argentinos en los deportes, la misión reconoció que involucrarse en sus actividades sería un medio efectivo de difundir su obra.3 Souvenir del equipo Los Mormones del Deseret, Misión Uruguaya, 1963. Para ello la Misión Argentina organizó su propio equipo deportivo, Club Atlético Los Mormones (que también abarcaba otras facetas como los en

Antigua capilla de Treinta y Tres: la primera del Interior

Se agradece a la Hna. Rosario Quintela por acercarme a la historia de la Iglesia en su ciudad. Capilla de Treinta y Tres ubicada en Spikerman y Meléndez. Cortesía de Pedro Rodríguez. La Misión Uruguaya se encontraba en pleno crecimiento en el año 1954 cuando  el 16 de agosto se concretó la compra de un predio con el fin de construir un centro de reuniones, ubicado en la intersección de Spikerman y Meléndez en la ciudad de Treinta y Tres, capital del departamento homónimo del Uruguay. Al momento solo había una capilla en el país, correspondiente a la Rama conocida como Deseret en la ciudad de Montevideo. En el resto del país, las ramas de la misión se congregaban en casas alquiladas o compradas, y dedicadas para los fines del Señor. Por otra parte, y de forma paralela a los planes para Treinta y Tres, la Iglesia se encontraba llevando adelante un nuevo proyecto de capilla para Montevideo, en la Rama de Rodó. La Rama de Treinta y Tres se organizó con una reunión el 2

Ecos de los Andes: el evangelio se establece en Perú

Antecedentes Con gran entusiasmo misional, en el año 1851, el Presidente Brigham Young autorizó como parte de la Misión del Pacífico a un grupo de misioneros encabezado por el Apóstol Parley P. Pratt a iniciar la obra de predicación en Chile. Era la primera vez que se enviaba misioneros mormones a un país sudamericano. Desafortunadamente, las condiciones sociales y políticas existentes allí, así como las carencias de los propios misioneros en cuanto al dominio del idioma y medios de sustento, causaron que la experiencia no resultara de acuerdo a sus expectativas. [i] Apóstol Parley P. Pratt.  Un gran misionero de la nueva Dispensación. De regreso a su hogar en 1852, Elder Parley P. Pratt escribió una carta al Presidente de la Iglesia donde informó su trayecto y en la cual manifestó la opinión de que si hubiera ido a Perú en lugar de Chile probablemente hubieran tenido más éxito. [ii]  A partir de ese frustrado intento misional, similar a experiencias poco fructíferas en