En pocas oportunidades ingresé a
la capilla de Deseret. La última vez fui a tomar fotos de la fachada, y de casualidad, los misioneros llegaron y me permitieron entrar a conocer. La verdad
que en las ocasiones anteriores, hace varios años, no presté atención al
edificio en lo más mínimo. Durante esta breve visita toda mi atención fue puesta en
contemplar sus ambientes, recintos, recovecos y salones. Me obligué a ir
despacio para disfrutar de un lugar histórico y especial. Contemplé su
estructura intentando captar su sencillo simbolismo.
Algunos detalles, como un valioso, opaco y
remendado pergamino o una obra de arte retratando a los peregrinos empujando un
carro*, revelan que el espíritu de los pioneros, a veces olvidados, aún está
presente y valorado.
Al observar el salón sacramental,
que creía de mayor dimensión, procuré imaginarme aquellos días en que los
pioneros de todo el país se reunieron a fin de erigirlo para adorar al Señor,
la visita de los Apóstoles y las ceremonias sagradas que coronaron años de
sacrificio y victoria.
Capilla Deseret en la actualidad. |
Crónica de la construcción
El caro sueño de contar con una
capilla en Uruguay llevó varios años de planificación y trabajo. Todo la
Misión, a nivel nacional, con el apoyo de la Iglesia mundial, se avocó a
hacerlo realidad. Dos presidentes de Misión y muchos misioneros fueron parte.
La capilla, salón de recreo y aulas de la llamada Deseret, quedó dedicada en
ceremonia especial en el año 1954.
Antes de proseguir es preciso
recalcar que previo a esa fecha la Iglesia no poseía ningún edificio con las
mismas características en todo el hemisferio sur del globo.
Asimismo, aunque la capilla de Deseret se
dedicó en dicho año, temprano en 1949 ya estaba en los planes de la Iglesia
llevarla a cabo. Bajo la presidencia de Frederick S. Williams, el 18 de abril,
la Misión compró más de 1.700 metros de terreno y dos casas, sobre Bvd. Artigas
4169-71, cerca de la Avda. Joaquín Suárez, y así se expresaba en el Mensajero
Deseret de junio 1949: “El terreno será destinado a la futura construcción de
un gimnasio y una capilla… La Iglesia tiene mucha confianza en la Misión
Uruguaya”.
A los pocos meses se hicieron
planes a los efectos de comenzar a realizar el trabajo de construcción. Lo
primero que los miembros y misioneros hicieron fue organizarse para limpiar el
terreno. En la edición de agosto de 1949, la revista de la Misión informa que:
“un gran núcleo de adultos y jóvenes de ambos sexos se presentaron el 2 de
julio y trabajaron mucho. Todo sábado de tarde que no llueva nos
encontraremos hasta que se ponga en condiciones…”
El siguiente paso fue la
construcción de una pileta bautismal sobre el terreno adquirido, que según el
Mensajero de mayo de 1950, quedó inaugurada ese año por cinco personas que se
bautizaron entre las Sesiones de Conferencia de la Misión Uruguaya, que se
realizara en el Ateneo de Montevideo.
Posteriormente, en 1951, siendo recientemente llegado como Presidente de la Misión Lyman S. Shreeve, la Primera Presidencia de la Iglesia envió una carta comentando que el ex Presidente Frederick S. Williams visitó sus oficinas a fin de rendir informe de su servicio al frente de la Misión Uruguaya, y destacó la necesidad y urgencia de asegurar un lugar de recreo y reunión en la ciudad.
Ante esto, el 22 de noviembre del
mismo año, el Pte. Shreeve convocó una reunión especial vinculada al proyecto
de construcción de un Hall o salón de recreo y capilla en Montevideo. En la
misiva oficial se le encomendó realizar un plan preliminar, donde figurara un plano,
plazos, y presupuesto para la erección del Hall de recreo “que luego se volverá
parte de la capilla…”.
Torre de Capilla Deseret en la actualidad |
Además, en una edición del
Mensajero de 1951 (probablemente agosto o setiembre) se mencionó el asunto de
la carta, y el Pte. Shreeve expresa: “Hoy
recibimos noticias de la Primera Presidencia de la Iglesia dándonos
permiso para comenzar la construcción del salón de recreo, en el terreno que
poseemos aquí en la Capital. Ellos desean que nosotros hagamos nuestra parte.
Para lograr esto, organizaremos comités compuestos por miembros y misioneros y
esperamos que el espíritu de la Misión surja al frente en ayudar a este gran
proyecto que tanto significa para el progreso de nuestra Misión.”
Una semana después, el 28 de
noviembre de 1951, los sacerdotes del Distrito Capital, líderes de la Misión,
Presidencias de Ramas y líderes de las Organizaciones Auxiliares del Distrito
Capital, se reunieron en el local de la Rama Rodó. Allí se presentaron planes
para la construcción y se nombró al Pte. del Distrito Capital del momento, el Elder
Richard G. Scott, como Director del Comité de Fondos para la Construcción. La
propuesta fue aprobada por votó unánime y con ánimo se comprometieron a llevar
a cabo actividades a fin de juntar el dinero necesario.
También en la edición del
Mensajero Deseret de enero de 1952 se otorga información adicional con
respecto a esa reunión: “… llevamos estos planos ante el grupo donde hubo una
discusión detallada del proyecto y algunos discursos pronunciados en forma de
testimonios (...) Todos los concursantes participaron de un espíritu grande y
un interés sobresaliente (…) La edificación del salón de recreo se va
convirtiendo día a día en una realidad. El viernes 30 de noviembre mandamos los
planos proyectados a la Primera Presidencia de la Iglesia.”
Quiero recalcar que el beneficio
más grande que vamos a tener no será el uso de un hermoso salón de recreo sino
los beneficios espirituales que lograremos por haber cumplido un proyecto de
una obra del Señor.”
Los planes siguen avanzando, y el
1° de noviembre de 1952 se nombra a Juan A. Magnone, Vicente Rubio, Héctor
Ramos, Mary Gambetta y Margarita Cristóbal como integrantes del Comité de la
Construcción, y se llama a Elder Horton D. McBride a colaborar en el Comité de
Fondos.
Palada Inicial
Unos pocos meses más tarde, el 14
de enero de 1953, tuvo lugar la ceremonia de Palada Inicial del terreno,
marcando el inicio de la construcción de la capilla. El Pte. Lyman S. Shreeve,
con la asistencia de su Consejero Ben R. Allen, oficiaron bajo lluvia
torrencial en la ceremonia del edificio que se convertiría en la "propiedad de la Iglesia más
grande y actualizado de Sudamérica.”
En esta ocasión se presentó a la
firma de arquitecto y contratista Malherbe y Makowski, y se mencionó el apoyo
técnico de parte de los élderes Richard G. Scott y Milton G. Willie, quienes
ayudaron con todos los dibujos e ingeniería del edificio.
El Pte. Shreeve arengó a los
presentes, motivándolos a hacer lo posible a fin de que el
programa de construcción fuera un éxito. Y las casi doscientas personas
presentes participaron con “el deseo de ser capaz de decir cuando sea dedicada:
parte de este edificio es mío, ayudé a construirlo”.
Los miembros empiezan a cobrar
cada vez mayor protagonismo en la obra de construcción, y el 4 de abril de 1953
se apartó a Pedro Hector Ramos como Director de Obra del Comité de Construcción.
Asimismo, miembros y amigos de la Iglesia colaboraron con tal entusiasmo que durante
Semana Santa (Turismo) asisten al terreno para trabajar, y en dos días completan lo que estaba previsto
para dos semanas de labor.
Colocación de la Piedra Angular
El año 1954 traería consigo
gratos y espirituales momentos para la joven Misión Uruguaya. Uno de ellos fue
la visita del Presidente de la Iglesia David O. McKay, una ocasión que la
revista especial publicada para celebrar su estadía en el país señaló como una “que
se sentirá durante muchos años venideros.”
Pte. David O. McKay, su esposa e hijo, antes de ingresar al inaugurado Salón de Recreo de la futura capilla , en el marco de la Colocación de la Piedra Angular. (Enero 1954). |
El Presidente McKay, su esposa
Emma e hijo Robert, arribaron al aeropuerto de Carrasco el 27 de enero. Su gira
incluyó varias reuniones; encuentros con la prensa, con el Embajador de los
Estados Unidos, y visita a la Casa de Gobierno donde visitó al Secretario del
Consejo de Gobierno, Dr. Justino Jiménez de Aréchaga. Pero el evento que coronó
su visita fue la ceremonia de Colocación de la Piedra
Angular de la capilla Deseret, cuya importancia mencionó en su discurso al
señalar que dicha capilla sería el “primer edificio de la Iglesia en
Montevideo, Uruguay, y en el hemisferio Sur.”
Conferencia en el Salón de Recreo de la capilla en construcción, en el marco de la Colocación de la Piedra Angular. (Enero 1954). |
En dicha revista publicada por la
Misión, donde se realiza un resumen de la gira y se presenta la transcripción
de los discursos del Pte. McKay, se mencionan aspectos relevantes relacionados
al proyecto de construcción. Un fragmento señala lo siguiente:
“Los miembros no solo donaron su
dinero sino también su tiempo y esfuerzos para apresurar la terminación de este
hermoso edificio. Debe acreditarse a las varias organizaciones de la Misión por
la parte que ellas tuvieron juntando dinero para la capilla y hall de recreo.
Se realizaron muchos asados, un gran bazar de toda la Misión auspiciado por la
Sociedad de Socorro, la Primaria vendió libros para colorear y la Misión publicó
otros… Se organizaron en las varias Ramas de toda la Misión muchos proyectos
para juntar dinero, tales como cenas, dramas, etc. Debe darse un crédito
especial al grupo de ex –misioneros quienes, bajo la dirección de Frederick S.
Williams, ex –presidente de la Misión Uruguaya, presentaron muchos conciertos
con Maughan McMurdie y Roy Fitzell… fueron enviados al Fondo de Construcción.
El edificio no está completo todavía, pero el incentivo dado por el Presidente
McKay en su discurso dedicatorio seguramente nos empujará para terminarlo en
los próximos meses.”
Pte. David O. McKay discursando y Pte. Lyman S. Shreeve interpretando, en la ceremonia de Colocación de la Piedra Angular de la Capilla. 30 de enero 1954. |
El 30 de enero de 1954 se efectuó
la Colocación de la Piedra Angular. En esa ocasión, el Pte. McKay expresó un extraordinario
discurso, del cual transcribimos algunos fragmentos:
“Esta es una ocasión muy
importante e histórica. Nos hemos reunido aquí para colocar la piedra angular
del primer edificio completo de la Iglesia Santo de los Últimos Días construido
en Sudamérica… por edificio completo de la Iglesia quiero significar una
capilla, un salón de recreo y salones de clase, combinado para nuestro
beneficio, y el de otros que vengan después; adoración, educación y diversión.
Esta es una casa construida para el desarrollo de los seres humanos”.
“El propósito de estos edificios
no está logrado cuando las paredes están construidas, el techo colocado
firmemente, la torre terminada y se ha ofrecido la oración dedicatoria. Ellos
son construidos para la edificación del alma. A menos que estos edificios sean
usados para hacer buenos a los hombres… a las mujeres más hermosas en su
naturaleza… todo este esfuerzo habrá sido en vano.”
Agradece a los diezmos donados
por los miembros del mundo, y agrega el significado simbólico de la Piedra
Angular:
“Al colocar esta piedra angular y
orar que permanezca inamovible, nuestro deber es construir en nuestras vidas caracteres tan sólidos como esa piedra
en este edificio… mantened vuestra fe en Dios que está arriba (…)
“En este momento declaro que esta
piedra angular del edificio de la Iglesia de Montevideo está colocada correcta
y permanentemente. Está de acuerdo con los planos del arquitecto y está bien
nivelada, como lo prueba el nivel. Ahora invocaremos las bendiciones de Dios
sobre esta ceremonia, sobre la piedra y sobre este edificio.”
Una vez culminado el discurso y
colocada la Piedra Angular, procedió a ofrecer la oración dedicatoria de la
misma, con algunas de las siguientes palabras:
“Recordamos con gratitud a los
misioneros que vinieron a esta tierra (…) Estamos especialmente agradecidos…
por la separación de la Iglesia y el Estado, por la libertad de adoración, libertad
de expresión (…) Dedicamos esta piedra angular; que ella permanezca inamovible;
que sea para todos un símbolo de solides de carácter, de fuerza para resistir
el mal, de fortaleza para seguir adelante y hacer que la obra se extienda hasta
que muchas Casas como esta sean construidas en Tu nombre para adorarte (…) Que
el espíritu del testimonio del evangelio restaurado irradie de este lugar de
ahora en adelante y para siempre…”
Pte. David O. McKay rodeado de miembros y misioneros, al colocar la Piedra Angular. |
La obra no se detiene
La visita del Profeta marcó un
antes y un después para la Misión Uruguaya. Los miembros conocieron en persona
al Vidente escogido, y las autoridades albergaron la esperanza de que a pesar
de la distancia, la visita sirviera para afianzar las relaciones entre la
cabecera de la Iglesia y la Misión. El mismo Pte. McKay había expresado antes
de partir: “Ahora comprendemos sus problemas, sabemos lo que se está haciendo y
estudiaremos cuidadosamente cualquier plan que nos envíe en el futuro para el
desarrollo de la Misión.”
Como era de esperar, la obra de construcción continuó su curso y se terminó con la cancha al aire libre contigua a la futura capilla. En El Mensajero Deseret se indica en la edición de mayo 1954:
“El 19 de abril iniciamos las
actividades en la nueva cancha al lado de la capilla de la Rama Deseret en
Bvrd. Artigas y Joaquín Suárez… nuestra hermosa cancha. El ingeniero que
terminó la obra allí ha hecho la mayoría de las canchas de la ciudad y dice que
la nuestra es probablemente la mejor de Montevideo. Tiene una base firme de
cascote. Sobre esta base tiene pedregullo y después viene el bituminoso… Estará
perfectamente iluminada para poder jugar de noche.”
Dedicación de la Capilla
El 6 de diciembre de 1954 llegó a
Montevideo en el buque “Argentina”, en compañía de su esposa, el Elder Mark E. Petersen, miembro del
Quórum de los Doce Apóstoles de la Iglesia.
Arribo del Elder Mark E. Petersen del Quórum de los Doce Apóstoles a Uruguay, en el marco de la Dedicación de la Capilla. Diciembre 1954. |
El día 12 del mes, tuvo lugar la
ceremonia de Dedicación. A las 19:30 horas se juntaron 750 personas en la nueva
capilla.
La reunión comenzó con el canto del himno: “Oh, está todo bien”, y Héctor Ramos ofreció la primera oración. En determinado momento, el Coro de la Misión deleitó a los presentes con el himno “Bendice esta Casa”.
Es anecdótico recordar que durante
el primer discurso, un viento repentino y fuerte granizada se levantó y causó un
gran ruido, que dificultó oír la voz de la persona discursando incluso con la
ayuda del micrófono. Pareció que la reunión iba a tener que postergarse. Sin
embargo, el Elder Mark E. Petersen sugirió al Elder Lambert que se pusiera de pie y
dirigiera a la congregación en la entonación del himno “El Espíritu de Dios”.
La gente cantó con todo su corazón, y al culminar el último estribillo, todo
quedó calmado y sereno, y la reunión continuó sin más interrupción.
Ómnibuses frente a la nueva capilla Deseret. Cientos de miembros de todo el país concurrían anualmente a conferencias y convenciones de la Misión en dicho edificio. |
Uno de los discursantes fue el Pte. Lyman S. Shreeve, quien expresó su agradecimiento a los miembros e indicó que “esto cierra un largo y activo período para todos nosotros, un tiempo que tuvo algunas preocupaciones y frustración”.
También la Hna. Ema M. Petersen se dirigió a los presentes discursando sobre la reverencia y el componente sagrado de las capillas. Y por último, habló el Elder Mark E. Petersen, quien manifestó lo siguiente: “Sentimos que la Iglesia tiene un gran futuro aquí en Uruguay (…) Si por casualidad no somos fieles como grupo, y otras personas reconocen que no somos fieles, perderán respeto hacia nosotros, la Iglesia y este santo edificio, y eso sería trágico.”
Al finalizar sus palabras, con
gran reverencia y voz sentida, ofreció la oración dedicatoria del tan anhelado
edificio mormón en Uruguay.
La revista Deseret Oriental de enero de 1955 (p. 41), informa los siguiente sobre ese momento:
"(...) el momento realmente culminante fue cuando todos inclinamos nuestras cabezas para unirnos a la oración dedicatoria ofrecida por el Apóstol Mark E. Petersen. Los que hemos tenido el privilegio de seguir paso a paso las alternativas de la construcción de este maravilloso edificio, y aún aquellos que se han visto obligados a seguirlas de lejos, sentimos profundamente el significado de ese momento y las palabras de esta oración quedarán grabadas en nuestros corazones por muchos años."
La oración de cierre a la reunión estuvo a cargo de Juan A. Del Hoyo (Canelones).
La revista Deseret Oriental de enero de 1955 (p. 41), informa los siguiente sobre ese momento:
"(...) el momento realmente culminante fue cuando todos inclinamos nuestras cabezas para unirnos a la oración dedicatoria ofrecida por el Apóstol Mark E. Petersen. Los que hemos tenido el privilegio de seguir paso a paso las alternativas de la construcción de este maravilloso edificio, y aún aquellos que se han visto obligados a seguirlas de lejos, sentimos profundamente el significado de ese momento y las palabras de esta oración quedarán grabadas en nuestros corazones por muchos años."
La oración de cierre a la reunión estuvo a cargo de Juan A. Del Hoyo (Canelones).
Ahora, la cortina de los años
cae, en parte se han ido los heroicos días de nuestros pioneros, pero podemos recordarlos
y celebrar sus logros y alegrías. Es más, se nos invita a imitar su coraje y
devoción. Su sencillez al servir es un ejemplo a seguir. El edificio que
levantaron permanece aún hoy de pie, firme, nivelado e inamovible como cuando
el Profeta McKay estableció su Piedra Angular. Su sólida torre es un faro y bandera que invita a congregarse y a que dediquemos nuestra vida a la causa de Dios y
desarrollemos la misma solidez de carácter y belleza que refleja.
*Pintura realizada por Juan A. Etchegaray
*Pintura realizada por Juan A. Etchegaray
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