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Antigua capilla de Treinta y Tres: la primera del Interior

Se agradece a la Hna. Rosario Quintela por acercarme a la historia de la Iglesia en su ciudad.

Capilla de Treinta y Tres ubicada en Spikerman y Meléndez. Cortesía de Pedro Rodríguez.


La Misión Uruguaya se encontraba en pleno crecimiento en el año 1954 cuando  el 16 de agosto se concretó la compra de un predio con el fin de construir un centro de reuniones, ubicado en la intersección de Spikerman y Meléndez en la ciudad de Treinta y Tres, capital del departamento homónimo del Uruguay.

Al momento solo había una capilla en el país, correspondiente a la Rama conocida como Deseret en la ciudad de Montevideo. En el resto del país, las ramas de la misión se congregaban en casas alquiladas o compradas, y dedicadas para los fines del Señor.
Por otra parte, y de forma paralela a los planes para Treinta y Tres, la Iglesia se encontraba llevando adelante un nuevo proyecto de capilla para Montevideo, en la Rama de Rodó.

La Rama de Treinta y Tres se organizó con una reunión el 22 de enero de 1948. Y los miembros se congregaron por un tiempo en casas ubicadas en calle Basilio Araújo 331 y luego en la misma número 329.
Para 1954 la Rama había crecido en relación a los primeros días, y aunque si bien el grupo de hermanos no era numeroso, habían aumentado en fe y hermandad, al punto de que la Iglesia consideró conveniente construir una capilla para ellos y como cabeza del Distrito Oriental, conformado con las ramas aledañas de Isla Patrulla y Melo.

Ceremonia de Palada Inicial
El 7 de diciembre de 1954 comenzaron a darse los pasos simbólicos con el propósito de inaugurar la construcción de la capilla. Ese fue un día soleado de verano en que se convocó a los miembros de Treinta y Tres, Isla Patrulla y Melo a la ceremonia de la Palada Inicial en el terreno de Spikerman y Meléndez. La confirmación de que el Apóstol Mark E. Petersen llegaría en avión a la ciudad a fin de llevar a cabo la primera palada había elevado los ánimos de todos, y lo esperaban con una agenda repleta de color local. 
Se recibió al Élder Petersen y al Pte. de la Misión Lyman S. Shreeve, junto a sus esposas, en el predio para la capilla, donde los miembros habían armado una sombra para protegerse del sol. A un costado se cocinó un asado criollo, que se podía degustar mientras se disfrutaba de música folclórica y danzas populares. Para todos se disfrutó de una fiesta criolla.

Apóstol Mark E. Petersen efectuando la palada inicial en el terreno de la capilla.
A la derecha Hna. y Pte. Shreeve de la Misión Uruguaya. Treinta y Tres, 7/12/54.
Cortesía de Rosario Quintela.

La ceremonia religiosa comenzó con el prestigioso coro de la Rama de Treinta y Tres, conformado por voces locales y el apoyo de los misioneros.  Posteriormente se presentaron dos discursos, uno por el Pte. Lyman S. Shreeve y otro por la Hna. Gabriela Hoz. 
Luego, se presentó ante la congregación al Hno. Custodio Peña, pionero de Treinta y Tres, como supervisor local de la construcción y al Sr. Esteban Makowski, un no miembro, como el arquitecto de la obra.  Ambos hombres se estrecharon la mano frente a todos expresando: "Esto oficialmente da comienzo a la obra de construcción de la capilla."

La reunión continuó con el discurso del Elder Mark E. Petersen, miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, y algunas de sus palabras vertidas en aquella ocasión especial son las siguientes: "Muchos miembros de la iglesia están ayudándolos. Los diezmos y ofrendas de miembros de todas partes del mundo son dados para ayudar a edificar hermosos edificios como este (...) Estamos muy interesados en su obra aquí (...) El Pte. David O. McKay espera que sigan adelante con esta labor de construcción con gran energía (...)"

"Ustedes pueden vivir el evangelio de mejor manera con este edificio que sin él. Se acercarán más a Dios con este edificio y encontrarán mucha gente en la comunidad que se volverán interesados en el evangelio debido a esta capilla. Por lo que es verdadera obra misional el hecho de construir una capilla. Cada ladrillo... cada tabla, cada clavo.... contribuirá a la edificación del reino de Dios entre ustedes. Será más que un simple edificio (...)"

"Espero que no se cansen del servicio que realicen... Edificarán esta capilla en el nombre del Señor. Este edificio será un medio para salvar vuestras alamas. Dentro de sus paredes se congregarán en torno a actividades por las cuales labrarán vuestra salvación (...) Cuanto más trabajamos y servimos en la Iglesia, más fortalecemos nuestra fe y más fuerte somos para resistir la tentación. No se desanimen en ningún momento."

Una vez concluido su discurso, se mandó a todos formar una ronda, y se produjo la simbólica palada inicial del terreno. En esta participaron tanto las autoridades como los hermanos que lo desearon.

A partir de ese momento, mediante el pago de los diezmos, la organización de bailes, banquetes, proyección de películas y donaciones particulares, se fueron juntando los fondos necesarios para levantar el edificio.
Los miembros colaboraron con entusiasmo en todo lo que les fue requerido. Dispusieron de sus días libres, como los sábados, para juntarse en el predio junto a amigos investigadores de la Iglesia para colaborar con la variedad de tareas que hacen a la obra de construcción, desde cavar fosos a pintar los nuevos bancos para el salón sacramental.

Ceremonia de colocación y dedicación de la Piedra Angular
La ceremonia de la Piedra Angular tuvo lugar el 22 de mayo de 1955 en el marco de la conferencia del Distrito Oriental, cuando los cimientos del edificio ya estaban colocados. Dicho domingo en horas de la tarde, el Pte. Lyman  S. Shreeve colocó y dedicó la Piedra Angular de la proyectada capilla. 

Discursaron el consejero de la Misión Pte. Néstor Vogler y la Hna. Ema Becerra. Los coros combinados de la Misión y Rama Treinta y Tres entonaron el himno llamado "Bendice esta Casa". Asistieron alrededor de cien personas.

El simbolismo de colocación y dedicación de la Piedra Angular de un edificio es sumamente espiritual y significativo, como el Pte. David O. McKay había explicado a los miembros de la Misión Uruguaya en enero de 1954 al efectuar la ceremonia para la Capilla Deseret en Montevideo:
“Al colocar esta piedra angular y orar que permanezca inamovible, nuestro deber es construir en nuestras vidas caracteres tan sólidos como esa piedra en este edificio… mantened vuestra fe en Dios que está arriba (…) “En este momento declaro que esta piedra angular del edificio... está colocada correcta y permanentemente. Está de acuerdo con los planos del arquitecto y está bien nivelada, como lo prueba el nivel. Ahora invocaremos las bendiciones de Dios sobre esta ceremonia, sobre la piedra y sobre este edificio.” 
De tales palabras se desprende el hermoso significado del símbolo de esta sagrada ceremonia. 

Dentro de la piedra que se colocó como Angular cerca de los cimientos y fue dedicada por el Elder Petersen, se depositó una caja de metal que guardó ciertos documentos, con el propósito de preservar para un futuro el momento especial que los miembros y la Misión en su conjunto estaban disfrutando. 

En esa caja dentro la piedra angular se colocó: ejemplares de la Biblia, Doctrina y Convenios, Libro de Mormón y un Himnario en español, una insignia del Club Deseret, un folleto de la Asociación Atlética Deseret, tarjetas de presentación del Pte. Shreeve, fotos de la construcción de la capilla, ejemplares de diarios El Día y El País, varios números de la revista El Deseret Oriental, publicaciones impresas de la Iglesia, copia del programa de la dedicación de la capilla de Deseret y de la Convención de Jóvenes del año 54, la agenda de la dedicación de la Piedra Angular que estaban realizando, monedas,  un anillo, tarjetas de presentación de misioneros y un pergamino con las firmas de los presentes.

Ceremonio de colocación de la Piedra Angular de la capilla. La Piedra es la que lleva el nombre
de Casa de Oración, con las cuerdas están haciendo descender la caja con documentos par preservar.
De izquierda a derecha: Hno. Custodio Peña (miembro de Treinta y Tres), Néstor Vogler (Consejero de la Misión Uruguaya) y Pte. Lyman S. Shreeve (Presidente de la Misión Uruguaya). Cortesía de Rosario Quintela.

La construcción
Con fecha 9 de noviembre de 1955 se informó a la Misión que las paredes ya estaban levantadas y el techo colocado, el cableado y las cañerías en su lugar, así como parte del revoque. Cabe señalar que el salón sacramental de la capilla originalmente poseyó un balcón con bancos, del mismo estilo que actualmente mantiene la capilla Rodó en Montevideo.
Por motivo de que el Hno. Custodio Peña, hasta el momento supervisor de la construcción, sufrió de un ataque al corazón, se contrató al Hno. Juan Francisco Santos de la Rama Maldonado para continuar con la labor.

El 23 Abril de 1956 se compró el terreno adjunto a la capilla para hacer construcciones adicionales.

Dedicación de la capilla
Aunque el edificio aún no estaba concluido, en el marco de una gira en Sudamérica del Elder Henry D. Moyle del Cuórum de los Doce Apóstoles, el 10 de junio de 1956 visitó Treinta y Tres para dedicar la capilla.

La ceremonia fue muy espiritual. La música fue rendida por el coro de la Misión.
El Elder Henry D. Moyle se dirigió a los presentes antes de ofrecer la oración dedicatoria. Copiamos extractos de su discurso: "Todo lo que esperamos del prójimo es que puedan vivir de tal forma a fin de que puedan recibir el sacerdocio que poseemos, y nos asistan en las ordenanzas de la Iglesia. En ese caso no sería necesario para nosotros enviar misioneros de Norte América. Esperamos que los hombres de Treinta y Tres, ni bien comprendan el evangelio, tomen el liderazgo de la obra en este edificio y otras capillas que construiremos, y sean sus propios maestros y sus propios predicadores..."

Luego, en la oración dedicatoria expresó en relación a la capilla y su función: "Que no se enseñe nada falso (...) se reconozca como un lugar sagrado (...) Bendice al Gobierno para que sea preservado con su gente, de guerra y revolución... sean capaces de disfrutar de paz y libertad."
Tales palabras parecieran contener tintes proféticos, dado los revuelos políticos que se avecinaban en la América Latina y más tarde desembarcarían en la década de los sesenta en nuestro país. En los años que corrían, aunque en Guerra Fría por otras latitudes, en Uruguay la tormenta no estaba a la vista.

A partir de ese momento se comenzó a utilizar el edificio oficialmente como capilla, aunque la construcción continuó por un tiempo hasta ultimar los detalles restantes. Con fecha 22 de abril de 1956 se realizaron los primeros bautismos en la nueva pileta bautismal. La anécdota del suceso es que la ceremonia se efectuó con agua helada porque todavía no estaba instalado el sistema de calentamiento, y había que calentarla afuera para luego volcarla en la pileta.

Entrada a la capilla de Treinta y Tres. Cortesía de Rosario Quintela.

Cierre
Como en varios lados y momentos en la historia de la Iglesia, el disfrutar de una capilla resultó localmente tanto una bendición como una prueba, que no todos estarían dispuestos a apreciar o afrontar. No obstante, la capilla de Treinta y Tres, la primera construida en parte por voluntarios fuera de la capital del país y sede del antiguo Distrito Oriental, preservaría su encanto por muchas años, como fiel monumento de una época heroica. Con el tiempo se le realizaron reformas con el fin de mejorarla, si embargo, se perdió su singular estructura original, por fuera y por dentro, dificultando al extraño reconocer que es una capilla de pioneros, y por donde pasaron apóstoles y profetas.

Santiago Carbajal

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